El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento, coincidiendo con la celebración el 13 de julio, del Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), de las actuaciones de la Consejería de Salud y Consumo en relación con las personas diagnosticadas de TDAH durante 2024 y el primer semestre de 2025, entre las que destaca que se ha completado el proceso de constitución de los equipos locales de coordinación (ELC) intersectorial. Andalucía cuenta con 76 equipos en total, lo que supone llegar al 95% de la población andaluza.
La constitución de los ELC ha supuesto un avance significativo en la implantación del protocolo de atención a personas con TDAH en Andalucía, publicado en 2021, la corrección de errores en derivaciones, en las actuaciones que corresponden a cada sector y en evitar duplicidades. Igualmente, ha supuesto la generación de un proceso dinámico con numerosas iniciativas locales.
La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Salud y Consumo, trabaja en líneas estratégicas del Plan Estratégico de Salud Mental y Adicciones, actualmente en tramitación, que se enfocan en la mejora de la atención a pacientes con diagnóstico de TDAH, sus familias y los profesionales que les atienden, en tanto que diversos estudios han mostrado que existe una relación significativa entre el TDAH y otros problemas de salud mental.
Así, entre los niños son frecuentes los trastornos del comportamiento, como el Trastorno Negativista Desafiante o el Trastorno Disruptivo de la Conducta, que se presentan en aproximadamente el 20%-30% de la población con TDAH. En la población adulta, se estima que entre el 50% y 60% de quienes han sido diagnosticados con TDAH también cumplen criterios compatibles con otros diagnósticos de salud mental.
Por otra parte, el desarrollo de subequipos de atención a la Salud Mental infanto-juvenil en las unidades de Salud Mental Comunitaria (USMC), de las que Andalucía cuenta con 79, está suponiendo una mejora clave en la atención a estas personas y sus familias. De hecho, tras la creación en 2022 de 26 nuevas plazas en las USMC destinadas a atender exclusivamente a niños y adolescentes, se ha trabajado en el desarrollo de programas de intervención específicos por parte de estos profesionales.
Finalmente, en la línea de la apuesta por el enfoque comunitario, destaca el Programa de Psicología Clínica en Atención Primaria, que, con 53 plazas dotadas y otras 53 aprobadas, supone una pieza clave en la mejora de la atención a niños y adolescentes y población adulta con diagnóstico de TDAH. La presencia de este perfil profesional en los centros de atención primaria y comunitaria facilita el paso de un modelo de derivación o referente a otro de proximidad del profesional de salud mental; permite la disminución de la demora en la asistencia de ayuda especializada; mejora la accesibilidad y la rapidez en el inicio del tratamiento cuando éste es preciso y posibilita la atención cuando surgen los primeros síntomas; además, promueve intervenciones destinadas a la promoción del consumo racional de psicofármacos y la puesta en marcha de programas de prevención indicada e intervención precoz.
Atención de niños y adultos
En marzo de 2025 se aprobó la Adenda al Protocolo TDAH, una guía dirigida a los profesionales para abordar la atención a las personas afectadas en los momentos de transición en la Atención Primaria desde la Pediatría a la Medicina de Familia y de profesionales de menores en salud mental a profesionales de adultos. El documento, que parte del análisis realizado por un grupo de trabajo constituido en 2024, responde a tres objetivos: mejorar la atención a los menores afectados por TDAH en la transición de Pediatría a Medicina de Familia; mejorar la atención a los menores con TDAH en la transición dentro de la red de salud mental (de infanto-adolescente a adulto, a los 18 años) y la mejora de la detección y atención a personas afectadas por TDAH diagnosticadas en edad adulta.
La continuidad en los cuidados y los tratamientos es uno de los retos de la asistencia sanitaria pública, especialmente en las transiciones de la infancia a la adolescencia y de ésta a la adultez. Anticipar esos momentos, abordarlos con los menores y sus familias, trabajar los temores y anticipaciones erróneas y la construcción de procesos de transición, a menudo logran con pequeñas intervenciones evitar retrocesos en los procesos de recuperación, la aparición de crisis o situaciones de intenso estrés en las personas afectadas y su entorno, especialmente en los casos más graves.
Respecto a la detección y atención de personas adultas con sintomatología propia del TDAH, la adenda propicia el inicio de actuaciones regladas que permitan que este grupo de personas se sientan atendidas y vean cómo se les apoya a la hora de clarificar la naturaleza de sus dificultades o dudas. Para los profesionales, la adenda va a disminuir el grado de incertidumbre en sus actuaciones y la variabilidad en los mecanismos de coordinación, detección, evaluación y tratamiento en todas las franjas de edad.
Finalmente, 2.500 profesionales de todos los sectores comprometidos con el TDAH (ámbito sanitario, educativo y social) han realizado un curso diseñado por la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) sobre la ‘Atención a personas con Trastorno por déficit de atención e hiperactividad: protocolo de atención y aspectos claves’.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que comprende un patrón persistente de conductas de desatención, hiperactividad e impulsividad y, aunque en la clínica se comprueba que suelen coexistir los tres síntomas, hay patrones en los que predomina uno de ellos. Además, es uno de los trastornos más prevalentes en la infancia, con una incidencia de entre el 5% y el 7% entre la población infantil y entorno al 4%-5% en la población adulta.