El Consejo de Gobierno ha aprobado la nueva Estrategia Andaluza de Seguridad y Salud Laboral 2024-2028, la principal herramienta de planificación de la Junta de Andalucía en el desarrollo de sus políticas de prevención de riesgos laborales, que abordará entre otras materias los nuevos riesgos emergentes mediante la aplicación de un objetivo estratégico, siete objetivos generales, 20 ejes y 61 líneas de actuación.
Este documento, que cuenta con siete capítulos y 102 páginas, ha sido elaborado por la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo con la participación del Instituto Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales y acordado en el seno del Consejo Andaluz de Prevención de Riesgos Laborales, máximo órgano de participación en materia de seguridad y salud en el trabajo en Andalucía que incluye a los principales agentes económicos y sociales.
Asimismo, también ha contado con la participación de la Dirección Territorial de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en Andalucía, así como de todas las consejerías de la Junta de Andalucía y los organismos y áreas de la administración andaluza con interés en la materia, para posibilitar su análisis y la aportación de aquellas observaciones que han estimado procedentes. Igualmente, ha pasado su periodo preceptivo de información pública y el resto de los trámites necesarios antes de su aprobación definitiva.
Esta herramienta de planificación da continuidad igualmente a la Estrategia Andaluza de Seguridad y Salud en el Trabajo 2017-2022, prorrogada al ejercicio 2023, y está alineada tanto con la actual Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027 como con el Marco Estratégico sobre Seguridad y Salud en el Trabajo 2021-2027 de la Unión Europea.
Cuenta con un presupuesto inicial de 48,11 millones de euros para su desarrollo en cinco años, a lo largo de los cuales se aplicará a través de dos planes de actuación que recogerán las actuaciones concretas a desarrollar por los diversos agentes implicados (administraciones, organizaciones empresariales y sindicales más representativas, empresas, delegados de prevención, personal técnico y entidades del sector, principalmente).
Dentro de la estrategia figuran dos amplios capítulos, que cubren casi la mitad de su extensión, dedicados a realizar un diagnóstico de la siniestralidad laboral y de las condiciones de seguridad y salud laboral tras las actuaciones desarrolladas, así como un amplio análisis de las enfermedades profesionales, con especial dedicación al cáncer de origen laboral y la silicosis.
En el análisis de la evolución de la siniestralidad laboral durante el período 2017-2023, en el que estuvo en vigor la anterior estrategia, se constata un apreciable descenso del 11,75% en el índice de incidencia, que relaciona el número de accidentes con baja en jornada de trabajo con la media anual de las personas trabajadoras afiliadas a la Seguridad Social en aquellos regímenes que tienen cubierta la contingencia de accidente de trabajo y enfermedad profesional.
Objetivos
Con respecto a los objetivos, se fija uno con carácter estratégico, centrado en impulsar que los entornos laborales en Andalucía sean seguros y saludables, promoviendo la cultura preventiva y una gestión eficaz de los riesgos laborales. Este principio estratégico se pretende alcanzar a través de siete objetivos generales, entre los que se encuentran la mejora de las condiciones de seguridad y salud laboral, reduciendo los accidentes de trabajo, y la prevención de las enfermedades profesionales.
Facilitar la aplicación de la prevención de riesgos laborales en las pymes andaluzas es el tercer objetivo general de la estrategia, al que se suma abordar los retos derivados de las nuevas formas de organización del trabajo, la transición digital y otros riesgos emergentes. Completan los objetivos el fomentar la cultura preventiva en Andalucía, así como mejorar el funcionamiento del sistema de seguridad y salud laboral y desarrollar aspectos troncales de la prevención de riesgos laborales, como la formación, la perspectiva de género y el tratamiento adecuado de colectivos vulnerables.
Cada uno de los objetivos se desarrolla a través de los 20 ejes y las 61 líneas de actuación, que incluyen medidas de control, de investigación, divulgativas o de asesoramiento; actuaciones concretas destinadas a las patologías no traumáticas; actuaciones específicas en el ámbito de las enfermedades profesionales, especialmente las relacionadas con el cáncer profesional y la exposición a sílice y amianto. También se recogen medidas dirigidas particularmente a las pymes; actuaciones relacionadas con los nuevos riesgos emergentes, la transición digital o riesgos especiales; líneas dirigidas a los riesgos psicosociales y la salud mental; campañas para sensibilizar a la sociedad, empresas y trabajadores; o el fortalecimiento de la participación de la interlocución social en las políticas de seguridad y salud laboral, entre otros.