jueves, 10 octubre 2024

Una noche de soberbia, al compás de las sevillanas, en la Bienal de Sevilla

Salmarina deslumbra en el Real Alcázar con un espectáculo junto a una veintena de artistas andaluces que buscan reivindicar las sevillanas como parte fundamental del patrimonio flamenco andaluz

Tras cuatro décadas relegadas a un segundo plano, las sevillanas volvieron anoche a la Bienal de Flamenco de Sevilla y lo hicieron por la puerta grande. El Real Alcázar de Sevilla fue el escenario idílico para esta conjura por las sevillanas en la que el grupo sanluqueño Salmarina, acompañado por una amplia y talentosa nómina de artistas, ofreció un espectáculo que fue mucho más allá de una exaltación al flamenco. Marcó un antes y un después para el género, devolviéndole el protagonismo a un palo que nunca lo debió perder.

El espectáculo Pa qué me llamas, protagonizado por Salmarina, María de la Colina, Juan Rafael Pérez-Vera, José Luis Pérez-Vera y Beatriz Romero, entre más de una veintena de artistas entre los que destacan las colaboraciones de Manolo Franco, Pedro El Granaíno o Arcángel, supuso una verdadera reivindicación del papel de las sevillanas en la cultura andaluza. Nunca es tarde si la dicha es buena.

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Los murmullos comenzaron a entremezclarse con los acordes de guitarra cuando dos sillas de enea asomaron por el escenario. Es el símbolo inconfundible de Salmarina, de los sanluqueños José Antonio Conde y José Antonio Martínez, plato fuerte de la noche atendiendo a su trascendental aportación al mundo de las sevillanas. Era la cuarta ocasión que participaban en una Bienal de Flamenco de Sevilla, consagrándose como el grupo que más veces ha repetido con un espectáculo propio. Durante la gala recuperaron algunas de sus letras más icónicas. Una primera rueda de sevillanas con “Mi vida es mía”, “Soy libre”, “Con ole y andando” y “A la fuente” anticipaban una velada mágica.

Entre los momentos más ovacionados de la noche destacó la actuación de María de la Colina con “El ruedo de la vida”, dejando patente su inconfundible estilo. Bajo el título “De corral y patio”, el espectáculo comenzó con un homenaje a las sevillanas tradicionales de los corrales y patios de vecinos de Triana, con un guiño en el baile a Lebrija, en una evocación nostálgica. Las voces de Virginia y Rocío Mellado, Marta Peña, Ade Silva, y Chema Fayos llenaron el escenario con sevillanas bíblicas y tradicionales, transportando al público a épocas pasadas.

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El relevo generacional de las sevillanas estuvo representado por los jóvenes talentos José Luis Pérez-Vera y Beatriz Romero, quienes encarnaron el futuro del palo con fuerza y frescura. Un punto álgido de la noche lo protagonizó Juan Rafael Pérez-Vera con sus “Amoríos”, una selección de sevillanas populares que destacaron por su originalidad y el canto al amor. La magia se trasladó a la conexión padre e hijo de la guitarra de Juan Rafael y el piano de José Luis Pérez-Vera, derrochando arte y dando buena muestra de lo caprichosa que es la genética.

Como no podía ser de otra forma, la ciudad de Sevilla fue la más piropeada de la noche, mientras que la devoción a la Virgen del Rocío también estuvo presente con un espacio compartido entre María de la Colina y Salmarina que incluyó plegarias como “Ay mi palomaMomento emotivo fue el recuerdo al maestro Manuel Pareja-Obregón, con los acordes a piano de sus sevillanas “Que también es de Sevilla”, acompañados por el público. También el de las sevillanas a doce cuerdas de las guitarras de Manolo Franco y Miguel Ángel Laguna.

La gran sorpresa de la cita la protagonizaron los cantaores Arcángel y Pedro ‘El Granaíno’, quienes no quisieron perderse la cita y regalaron al público sevillanas alosneras al estilo de los Hermanos Toronjo, recibidas con entusiasmo. A ellos se sumaron Salmarina y María de la Colina, formando un cuadro flamenco de primer nivel para poner el broche de oro a la noche.

El título del espectáculo, “Pa qué me llamas”, hace referencia a las famosísimas sevillanas que el pequeño de los hermanos Muñoz Alcón, José Miguel Évora, compuso originariamente para Salmarina, publicadas en su álbum Azotea (1988), y que terminaron versionadas por el mismísimo Camarón de la Isla en la película Sevillanas (1992) de Carlos Saura. Tras más de dos horas sobre el escenario, un canon a cuatro voces puso fin a un soberbio “fin de fiesta” por sevillanas.

Una noche de soberbia, al compás de las sevillanas, en la Bienal de Sevilla
Salmarina, María de la Colina, Pedro ‘El Granaíno’ y Arcángel. / JLM

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