Cuando un niño necesita tratamiento médico y tiene que desplazarse lejos de casa para ello, la economía familiar puede verse afectada por los gastos de transporte, comida, consultas y medicamentos, lo cual impide disponer de recursos para contar con un alojamiento adecuado. Aquí es donde entran las Casas Ronald McDonald, hogares gratuitos diseñados para alojar a familias completas. Actualmente hay cinco en España: Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Sevilla, siendo esta última inaugurada en enero de 2024.
La casa de Sevilla está diseñada para ser mucho más que un lugar para dormir. Cada una de sus 20 habitaciones, con capacidad para tres a cinco personas y movilidad reducida, está equipada con baño privado, terraza y una mesa de trabajo. Además, cuentan con espacios comunes como una gran cocina, zonas de juegos y jardines que fomentan el ambiente de convivencia y crean un entorno familiar donde las familias se acompañan mutuamente.
El acceso a estas casas se realiza a través del área de Trabajo Social de hospitales asociados, como el Hospital Universitario Virgen del Rocío, Virgen Macarena, Virgen de Valme y el Hospital San Juan de Dios del Aljarafe.
Este proceso, aunque parece complejo, es rápido y sencillo, basta con cumplir dos requisitos principales, vivir a más de 50 kilómetros del hospital y tener un hijo menor de 21 años bajo tratamiento médico. El servicio es gratuito, aunque se solicita una fianza de 50 € que se devuelve al finalizar la estancia.
Además del alojamiento, las Casas ofrecen actividades diarias organizadas por voluntarios, como talleres para niños, eventos y visitas. Este tipo de iniciativas no solo separan un rato a las familias del estrés hospitalario, sino que también fomentan el apoyo emocional.
Es importante destacar que estas casas permiten la estancia de toda la familia. Padres, hermanos e incluso abuelos, son bienvenidos, garantizando que nadie quede fuera en momentos tan complicados.
La Fundación Infantil Ronald McDonald no solo ofrece un techo, sino un lugar donde las familias pueden sentirse acogidas y respaldadas en los momentos más duros. Su lema, “un hogar lejos del hogar”, cobra sentido cuando las familias pueden centrarse plenamente en el tratamiento de sus hijos, dejando otras preocupaciones en manos de la fundación.