El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha confirmado que en las últimas 48 horas se han producido cinco movimientos sísmicos en el Golfo de Cádiz, el más intenso de magnitud 3,0 registrado a las 06:15 horas del sábado 13 de septiembre de 2025, a unos 23 kilómetros de profundidad. Ninguno de ellos ha causado daños ni incidencias reseñables.
El primero de los temblores se produjo el viernes 12 de septiembre a las 21:46 horas, con una magnitud de 1,8 grados y a 21 kilómetros de profundidad (latitud 36.759 y longitud -7.250). Minutos más tarde, a las 20:59 horas, se detectó otro seísmo de 2,0 grados y 16 kilómetros de profundidad en la misma zona.
Ya en la madrugada del sábado, a las 00:12 horas, se produjo un nuevo temblor de 2,1 grados, a una profundidad de 20 kilómetros. Posteriormente, a las 04:12 horas, se registró el seísmo de 3,0 grados, el más destacado de la serie, a 25 kilómetros de profundidad. Pocos minutos después, a las 06:12 horas, tuvo lugar otro terremoto de 1,6 grados a 21 kilómetros de profundidad.
Este último, el registrado en la noche del sábado, se situó aproximadamente a 80km de la playa de Sanlúcar de Barrameda.
La localización de estos epicentros sitúa los movimientos sísmicos en el Atlántico, entre las costas de Huelva, Cádiz y el Algarve portugués, un área conocida por su actividad tectónica constante al confluir las placas euroasiática y africana.
Según la información disponible, ninguno de estos temblores ha sido percibido con claridad por la población, lo que coincide con lo esperado para terremotos de magnitudes inferiores a 3,5 en profundidades intermedias o altas. El IGN recuerda que un seísmo de 3,0 grados se considera leve o menor, sin capacidad para dañar edificaciones ni generar riesgo de tsunami, aunque en condiciones concretas podría notarse como una leve vibración en lugares tranquilos o pisos altos.
Estos episodios, aunque sin consecuencias, ponen de relieve la importancia de contar con protocolos de vigilancia e información en una zona históricamente vinculada a fenómenos sísmicos y maremotos, como el ocurrido en 1755 tras el terremoto de Lisboa.