Visitar Sanlúcar de Barrameda es sumergirse en un lugar donde la historia, el sabor y el paisaje se entrelazan para ofrecer una de las experiencias más completas de la provincia de Cádiz. En el corazón del casco histórico se alza el Castillo de Santiago, una fortaleza gótica del siglo XV construida por la Casa de Medina Sidonia, que desde hace siglos domina el perfil de la ciudad desde el Barrio Alto, vigilando la desembocadura del Guadalquivir.
Pasear por sus almenas, subir a la torre del homenaje o recorrer sus patios interiores permite al visitante retroceder en el tiempo y asomarse al legado de los Reyes Católicos, que visitaron la ciudad, o al de personajes históricos como Cristóbal Colón, que partió de estas tierras en una de sus travesías hacia el Nuevo Mundo. El castillo no es solo una construcción militar: es testimonio vivo del papel que Sanlúcar desempeñó en la historia atlántica y andaluza.
Pero Sanlúcar no se limita a su pasado. Es también una ciudad vibrante y acogedora, que en 2022 fue reconocida como Capital Española de la Gastronomía. Su cocina está estrechamente ligada al mar, a las marismas y a los productos frescos que llegan a diario a su lonja.
Entre sus especialidades destacan la manzanilla, un vino único criado bajo velo de flor en bodegas centenarias como Barbadillo o Hidalgo, y que marida a la perfección con las gambas blancas, el langostino de Sanlúcar o la tradicional tortillita de camarones, platos que reflejan la identidad culinaria de la ciudad.
Recorrer Sanlúcar es descubrir dos mundos que se complementan: el Barrio Alto, con sus conventos, palacios y plazas históricas, y el Barrio Bajo, más vinculado al río, a la mar y al movimiento portuario. La zona de Bajo de Guía es uno de los grandes reclamos, tanto por su oferta gastronómica como por las vistas al Parque Nacional de Doñana, que se encuentra justo al otro lado del Guadalquivir.
En agosto, las playas de la ciudad acogen uno de los eventos más singulares del calendario festivo andaluz: las Carreras de Caballos de Sanlúcar, declaradas de Interés Turístico Internacional, donde el espectáculo ecuestre se mezcla con el mar y el atardecer en una imagen inolvidable.
Sanlúcar de Barrameda no solo se visita: se vive, se saborea y se recuerda. Una ciudad donde la tradición convive con la alegría cotidiana, y donde cada rincón guarda una historia que contar. Quien la descubre, casi siempre vuelve.
