La consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, ha visitado en Granada la finalización de la rehabilitación y adecuación para su visita pública del Baluarte de la Puerta del Arrabal de la Alhambra, el primero de los seis baluartes defensivos y artilleros construidos por los Reyes Católicos en el monumento nazarí. “Las obras no buscan solo conservar este baluarte defensivo, sino también revalorizar su importancia histórica y arquitectónica, proponiendo su inclusión en los circuitos de visita del monumento”, ha avanzado Del Pozo.
Cerrado al público desde hace más de 35 años, en concreto desde su fallida intervención de 1987, la rehabilitación de este baluarte ha permitido incorporarlo al programa de visitas guiadas, de manera restringida, “devolviendo a la Alhambra y a Granada uno de sus emplazamientos más singulares, tanto por su posición estratégica, como por su monumentalidad, que hunde sus raíces en sus más de 500 años de historia”, ha valorado la consejera de Cultura.
La restauración, desarrollada durante 12 meses con un presupuesto de más de 740.000 euros financiados con fondos FEDER, ha propiciado varios relevantes hallazgos, no previstos inicialmente en el plan de trabajo, “demostrando -en palabras de Del Pozo- que la inversión en rehabilitación de nuestro patrimonio no solo permite garantizar la estabilidad y conservación del bien, sino también avanzar en el conocimiento histórico y artístico del conjunto palatino”.
Entre estos avances patrimoniales, la consejera ha enumerado el descubrimiento de un puente nazarí, oculto hasta el momento, la aparición de varios grafitis históricos en los paramentos, que dan valiosa información sobre las prácticas del pasado, la recuperación de la escalera original de la torre, la restauración del escudo de los Reyes Católicos y el hallazgo del desagüe primigenio para las aguas pluviales del baluarte.
El baluarte refuerza la Puerta del Arrabal, una de las entradas históricas de la Alhambra, mediante una barbacana construida con tapia de hormigón de cal, ladrillo y cantería, coronada con el escudo de los Reyes Católicos. Su diseño incluye un muro en zigzag, cámaras de tiro, troneras a ras del suelo y una torre con casamatas en tres niveles, cubierta por una estructura de ladrillo inclinada hacia tres lados.
Además, una bóveda subterránea permite el paso del barranco que separa la Sabika del Cerro del Sol, canalizando las aguas hacia el río Darro. En su interior, este baluarte posee una galería con arcos escarzanos, bóvedas de cañón y ventanas abocinadas para la artillería. Se accede a él tanto a través de la Puerta del Arrabal desde el interior del monumento, como por la Puerta de Hierro, desde la Cuesta del Rey Chico.
Un desconocido puente nazarí y grafitis históricos
Los trabajos han sacado a la luz que el baluarte cristiano se construyó sobre un puente nazarí, de muy difícil acceso, que permaneció oculto tras la vegetación hasta la instalación de rampas y andamios en la base del monumento con motivo de su restauración. El puente permitía salir del conjunto monumental desde la Puerta del Arrabal hasta la actual Cuesta del Rey Chico, pasando por encima del arroyo -aún visible hoy-, formado por los sobrantes de los riegos de la Acequia Real de la Alhambra. El puente ha sido totalmente restaurado, tanto su fachada, como su bóveda, superficie y empedrado. Construido con fábrica mixta de ladrillo y mampostería, conserva restos de enlucido decorativo con ladrillo fingido pintado.
Otro de los hallazgos de mayor relevancia patrimonial, no previsto inicialmente en el proyecto, ha sido la aparición de grafitos históricos, incisos en los paramentos, que representan figuras femeninas y aportan información valiosa sobre usos y expresiones culturales del pasado.
Asimismo, se ha descubierto el desagüe original de las aguas pluviales del patio del baluarte, ubicado en el centro de la bóveda, que, tras haber permanecido oculto y sin uso cerca de una centuria, ha sido totalmente recuperado. También se ha sacado a la luz la escalera original de la torre, así como los muros de encauzamiento del arroyo que discurre por el barranco que separa la Alhambra del Generalife. Realizados en tapia de argamasa, estos muros evidencian la existencia de infraestructuras hidráulicas anteriores a la construcción del baluarte.
Además, destaca la restauración del bello y significativo escudo de armas de los Reyes Católicos, que forma parte del arreglo general de la portada que lleva su nombre en la denominada Puerta del Hierro. Labrado con una piedra calcarenita, se encontraba muy deteriorado y ha sido recuperado mediante un proceso de bioconsolidación bacteriana, de modo que han sido las propias bacterias las que han realizado la recalcificación de la piedra.
Este baluarte ha sufrido diversas intervenciones a lo largo de su historia: en 1915, a cargo del arquitecto conservador Modesto Centolla, en los años veinte del siglo pasado, dirigida por Leopoldo Torres Balbás, hacia 1970, diseñada por el entonces arquitecto conservador Francisco Prieto-Moreno, y en 1987, fecha en la que quedó inconclusa. Por último, la reciente intervención que ha permitido su reapertura ha sido la liderada por Antonio Orihuela, uno de los mayores especialistas en la Alhambra y miembro del comité técnico del conjunto monumental.
Como apunta Antonio Orihuela, la actuación en el Baluarte de la Puerta del Arrabal se ha realizado siguiendo el sistema de restauración científica, tal como fue definida por Torres Balbás: basada en un estudio histórico previo, haciendo uso del análisis arquitectónico, constructivo y planimétrico, y, sobre todo, restaurando lo que existió, sin aportar nuevos elementos que puedan distorsionar el bien patrimonial.
Los trabajos han consistido en la eliminación de elementos modernos -balcón de forja del torreón y sustitución de carpinterías modernas- y el mantenimiento de su imagen original como obra militar del siglo XV, recuperando sus elementos originales, como la reapertura de troneras tapiadas y la reposición de carpinterías de madera. También se ha reordenado el entorno vegetal en la Cuesta de los Chinos y se han consolidado los muros con técnicas tradicionales. Igualmente, se han impermeabilizado las terrazas y restaurado las gárgolas, conservándose las originales y reproduciendo las faltantes según modelos históricos.
Seis baluartes defensivos
El Baluarte de la Puerta del Arrabal o de la Puerta Falsa, como se le conocía en el momento de su construcción, también denominado como de la Puerta de Hierro, es uno de los seis baluartes construidos por los Reyes Católicos que se agregaron a las murallas nazaríes con el fin de poder asentar en ellos piezas de artillería pirobalística, a la vez que eran capaces de resistir los efectos de estas armas con mayor capacidad que las defensas medievales concebidas para otras tácticas y armas. Dado que las defensas medievales de la Alhambra se habían quedado obsoletas, los Reyes Católicos decidieron ponerlas al día con lo que, en aquel momento, era la tecnología de vanguardia en poliorcética. Su arquitecto fue Ramiro López, uno de los grandes maestros y diseñadores de ingeniería militar más avanzados en la Europa Bajomedieval.
Aunque históricamente estos baluartes han pasado desapercibidos frente al atractivo de los palacios, jardines y puertas monumentales de la época nazarí, investigaciones recientes basadas en documentos del Archivo de Simancas han confirmado su origen cristiano, desmintiendo la antigua creencia de que eran obras nazaríes.