Sanlúcar de Barrameda, situada en el extremo noroeste de la provincia de Cádiz, es una ciudad que lo tiene todo: patrimonio monumental, excelente gastronomía, espacios naturales únicos y un ambiente marinero difícil de igualar. Un fin de semana basta para descubrir parte de su esencia, aunque siempre deja ganas de volver.
Sábado: entre castillos, iglesias y manzanilla
La jornada puede comenzar recorriendo el casco antiguo, especialmente el Barrio Alto, donde se conservan calles empedradas, casas señoriales y monumentos de gran valor histórico. El Castillo de Santiago, fortaleza del siglo XV, ofrece visitas guiadas y unas vistas privilegiadas de la ciudad.
Muy cerca se encuentran la Iglesia de Nuestra Señora de la O, de estilo gótico-mudéjar, y el Palacio Ducal de Medina Sidonia, que conserva jardines abiertos al público y uno de los archivos privados más importantes de Europa.
Para almorzar, cualquier rincón de Sanlúcar es buena elección. Desde bares tradicionales en el centro hasta manjares marineros en Bajo de Guía, donde el langostino de Sanlúcar y la Manzanilla se convierten en protagonistas indiscutibles.
Por la tarde, un paseo tranquilo por la Calzada o junto a la desembocadura del Guadalquivir ofrece paisajes únicos. La visita al Centro de Visitantes Fábrica de Hielo es ideal para conocer mejor la riqueza ecológica del entorno natural.
Domingo: naturaleza, paseos y una puesta de sol que no se olvida
El domingo es perfecto para disfrutar de la naturaleza que rodea Sanlúcar, con múltiples opciones. Desde rutas por la campiña hasta excursiones guiadas en vehículos todoterreno al Parque Nacional de Doñana, o incluso paseos en barco por el Guadalquivir, donde se pueden avistar aves, marismas y ecosistemas únicos.
De vuelta a la ciudad, lo mejor es dejarse llevar por las calles del centro, descubrir plazas con encanto como la del Cabildo, o sentarse en alguna terraza para probar dulces típicos o una tapa de guiso marinero. La gastronomía local está presente en cada barrio y cada esquina, desde propuestas modernas hasta cocina tradicional.
Como broche final, es imprescindible ver la puesta de sol, especialmente en verano, desde uno de los chiringuitos de la playa. El sol cayendo sobre el horizonte, con el Coto de Doñana al fondo y el río Guadalquivir bañando la orilla, es una de esas postales que definen el alma de Sanlúcar.
Un fin de semana puede parecer breve, pero en Sanlúcar de Barrameda el tiempo se detiene entre historia, salitre y vino.
