El consejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Ramón Fernández-Pacheco, ha destacado que Andalucía cuenta actualmente con 221 hectómetros cúbicos más de recursos hídricos disponibles al año, incluidas aguas regeneradas y desaladas, gracias a las obras de infraestructuras hidráulicas ejecutadas desde 2019, una cantidad que equivale al consumo de agua de más de 3.300.000 andaluces.
Durante su intervención en los desayunos informativos de Europa Press, Fernández-Pacheco ha desgranado esta cifra de nuevos recursos hídricos, detallando que la comunidad tiene ya, debido a los sistemas terciarios habilitados en estaciones depuradoras, 53 hectómetros cúbicos más de aguas regeneradas anuales.
Además, según ha precisado, la capacidad para desalar es de 20 hectómetros cúbicos anuales más que en 2019, al contar con nuevas desaladoras o al realizarse la ampliación de las existentes, y para conducir hasta 102 hectómetros cúbicos de agua subterránea que antes no se podían emplear por falta de infraestructuras.
Asimismo, Andalucía cuenta con 46 hectómetros cúbicos más de agua que anteriormente se perdían en presas, por falta de tomas flotantes o tomas en zona de embalse muerto. Así, en estos 46 hectómetros cúbicos más de agua, se incluyen los generados en potabilizadoras. La última de ellas que se ha puesto en marcha es la de Cuevas del Almanzora, en la provincia de Almería.
“Con trabajo bien hecho, con planificación adecuada, y mediante la ejecución de las obras hidráulicas necesarias, somos capaces de poner a disposición de los andaluces un agua que, o bien hasta ahora no teníamos capacidad de usar por falta de conducciones, o que, de nuevo, es agua apta para ser usada gracias a la desalación y la regeneración”, ha apuntado el consejero.
Cerca de mil actuaciones
Fernández-Pacheco ha indicado que el Gobierno andaluz ha llevado a cabo cerca de mil actuaciones en materia hídrica e hidráulica desde 2029, con una dotación en torno a 1.400 millones de euros, un montante que suma 400 millones más, si se tiene en cuenta lo que se ha invertido y se va a invertir en modernizar el regadío e impulsar el uso del agua regenerada en el campo.
El consejero de Agricultura ha explicado que la Junta ha ejecutado obras de su competencia, y también ha acudido en auxilio de otras administraciones, ante la necesidad de realizar determinadas actuaciones, como, por ejemplo, la ampliación de la desaladora de Marbella o estaciones depuradoras de aguas residuales en municipios pequeños.
Entre todas ellas, Ramón Fernández-Pacheco ha señalado las infraestructuras de depuración, que son “las exigidas para cumplir con las normas medioambientales, ofrecer calidad de vida a nuestros vecinos, vivan donde vivan, y obras que abren la puerta a la regeneración del agua en aquellas estaciones con terciario”.
Igualmente, se están acometiendo infraestructuras destinadas a desalar agua de mar, “porque aunque la desalación es competencia del Estado, ante la necesidad, y frente a la lentitud o paralización de algunas, Andalucía ha dado un paso adelante, ha declarado desaladoras de interés de la comunidad y las ha ejecutado”.
Junto a las obras de regeneración y desalación, también se están realizando otras de conducción de agua: “Y para ello, la adecuación de pozos antes inservibles, las tuberías que conducen el agua y las estaciones potabilizadoras, entre otras, que van sumando metros cúbicos de nuevos recursos”, ha señalado.
Adaptación de la Ley de Aguas
Fernández-Pacheco ha subrayado el importante volumen de nuevos recursos hídricos con los que cuenta Andalucía, lo que ha sido posible “con obras planificadas con cabeza, y ya ejecutadas, que están a disposición de los andaluces. El objetivo del Gobierno andaluz es seguir por este camino, que se completa con un necesario desarrollo normativo, con la conciencia ciudadana de que el agua es un bien escaso, y con una buena gobernanza del agua”.
En este sentido, ha avanzado que ya se ha comenzado a trabajar en la adaptación de la Ley de Aguas, y ha considerado fundamental introducir en el debate social asuntos como la fiscalidad del agua o la ejecución de obras o trasvases que afectan a más de una región o país, además de convertir en convencionales los actualmente denominados recursos hídricos no convencionales.