La consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Catalina García, se ha reunido en Murcia con el consejero de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor de la Región de Murcia, Juan María Vázquez, y el conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio de la Generalitat Valenciana, Vicente Martínez Mus, en una sesión de trabajo dedicada a analizar el impacto de la sequía en las masas forestales del arco mediterráneo español, tras la cual han acordado la creación de un grupo de trabajo de las tres comunidades autónomas para seguir tratando este asunto. Concretamente, se estima que las áreas afectadas por la sequía son entre 15.000 y 25.000 hectáreas en Andalucía; 17.000, en la Comunidad Valenciana y alrededor de 20.000 hectáreas en la Región de Murcia.
En el encuentro, en el que también han estado presentes el viceconsejero de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Sergio Arjona, y la secretaría autonómica de Energía, Sostenibilidad y Acción Climática de la Región de Murcia, María Cruz Ferreira, Catalina García ha resaltado el compromiso de Andalucía en la mitigación de los efectos de la sequía y adaptación de los sistemas forestales al cambio climático, resaltando la importancia de políticas conjuntas que aseguran la conservación de los bosques mediterráneos, fundamentales para la biodiversidad, el paisaje y la estabilidad ambiental de toda la zona.
Y es que, la sequía prolongada que afecta al arco mediterráneo ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de los ecosistemas forestales, especialmente en zonas de gran valor natural y ecológico. “Estamos ante un reto estructural que requiere de políticas innovadoras y sostenibles”, ha afirmado. En su intervención, ha valorado las medidas que ya se están poniendo en marcha en Andalucía de adaptación al cambio climático en los montes andaluces, siguiendo la línea establecida en el Plan Forestal Andaluz 2030 y la futura Ley de Montes de Andalucía, actualmente en fase de tramitación.
Durante la reunión, García ha explicado las múltiples acciones orientadas a la gestión adaptativa de las masas forestales andaluzas, así como la actualización de modelos de restauración que promueven la resiliencia de los ecosistemas forestales.
La consejera ha detallado que la Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad ha desarrollado un mapa de áreas forestales especialmente vulnerables al cambio climático en continua actualización, permitiendo así un diagnóstico preciso de la situación y facilitando la toma de decisiones estratégicas. Asimismo, se han identificado zonas forestales para el seguimiento de los efectos climáticos, con un enfoque específico en los ecosistemas de alta montaña y los áridos o semiáridos.
La futura Ley de Montes
Catalina García ha remarcado también el papel de la nueva Ley de Montes de Andalucía como un instrumento clave en la adaptación de los montes andaluces a las condiciones climáticas futuras. “La ley contempla la capacidad de los ecosistemas forestales para absorber carbono y contribuir a mitigar el cambio climático mediante prácticas de conservación de la vegetación y repoblación en áreas afectadas por incendios o decaimiento forestal”, ha añadido.
Asimismo, ha mencionado los proyectos de reforestación y los tratamientos selvícolas adaptativos, que incluyen la mejora de la gestión de la biomasa como recurso energético sostenible y el fortalecimiento de los servicios ecosistémicos. “Estamos promoviendo una gestión forestal que no solo conserva el entorno, sino que también aporta soluciones en términos de mitigación climática”, ha afirmado. Con ello, Andalucía busca, además, aprovechar especies más adaptadas a la aridez del clima mediterráneo, en colaboración con otras comunidades autónomas que comparten estos retos ambientales.
Por otro lado, la consejera andaluza ha valorado la colaboración público-privada en la implementación de proyectos de conservación forestal en Andalucía. Esta cooperación, ha dicho, es una herramienta clave que permite a las entidades privadas sumar al esfuerzo de conservación mediante mecanismos de compensación de emisiones y proyectos de absorción de carbono en terrenos públicos y privados.
Al respecto, ha resaltado que “en Andalucía impulsamos alianzas con empresas y organismos locales para maximizar el impacto de nuestras políticas forestales, asegurando que nuestros montes se conserven y se adapten a las nuevas exigencias ambientales”. A través de estos acuerdos, como por ejemplo para el proyecto LIFE CO2RK, la Junta de Andalucía promueve una gestión forestal innovadora que contribuye a la conservación de la biodiversidad y potencia el papel de los bosques como sumideros de carbono, actuando de manera proactiva frente al cambio climático.
En este sentido, Catalina García ha reseñado el valor de una gestión diversificada de las masas forestales como respuesta a la sequía y al cambio climático. La integración de especies y ecotipos adaptados a condiciones climáticas más áridas, como el caso de las repoblaciones experimentales con tuya mediterránea (Tetraclinis articulata), característica de zonas de Murcia, permite optimizar la resiliencia de los bosques mediterráneos.
“Esta adaptación es clave para fortalecer nuestros ecosistemas, especialmente en el contexto del cambio climático”, ha continuado la consejera, señalando que la diversidad de especies y el fomento de sistemas forestales mixtos son esenciales para minimizar la vulnerabilidad de las formaciones vegetales.
Al hilo de esto último, ha hecho referencia al reciente Congreso Internacional sobre Cambio Climático celebrado en Jerez, que, a su juicio, se ha convertido en un foro fundamental para el intercambio de conocimientos y estrategias sobre mitigación y adaptación al cambio climático. Sobre él, ha subrayado que se puso de manifiesto que “la colaboración entre instituciones y la comunidad científica es indispensable para lograr avances reales en la adaptación de nuestras políticas ambientales”, poniendo el acento en que los resultados del Congreso, “sin duda”, han fortalecido el compromiso de la Junta de Andalucía con una gestión forestal innovadora y resiliente.