La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía se suma a la celebración de la Semana Europea de la Reducción de Residuos (EWWR 2024) para sensibilizar a las personas consumidoras y usuarias de Andalucía sobre la importancia de promover una gestión sostenible de los recursos y residuos. Se trata de una campaña a nivel europeo, que este año se celebra del 16 al 24 de noviembre y que incide en el desperdicio de alimentos, bajo el lema ‘Food waste is out of taste’ (El desperdicio de alimentos es de mal gusto). Cada año, los países de la UE producen más de 59,2 millones de toneladas de desperdicio alimentario, una media de 132 kilos por habitante, y más de la mitad de estos desperdicios proviene de los hogares.
La Dirección General de Consumo se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas, en concreto a través del ODS 12, relacionado con la ‘Producción y consumo responsables’.
Como personas consumidoras, es posible contribuir a este objetivo de minimizar el desperdicio de alimentos mediante sencillos gestos, como, por ejemplo, planificar el menú semanal, evitando las improvisaciones. Cuando se acuda al mercado, es importante elaborar una lista de la compra de los productos alimenticios que realmente se necesiten. Otro modo de reducir el desperdicio de alimentos es acudir a los establecimientos con una mayor frecuencia, haciendo pequeñas compras en lugar de pocas veces haciendo compras masivas.
Para saber qué comprar, es aconsejable revisar regularmente la despensa, la nevera y el congelador para comprobar los productos que empiezan a escasear y de los cuales se tienen existencias.
El etiquetado de los alimentos tiene una gran importancia, en especial atendiendo a las fechas de caducidad -fecha a partir de la cual el producto no se puede consumir- y de consumo preferente -el alimento puede consumirse después de la fecha indicada, si bien puede disminuir su calidad por variar alguna de sus propiedades, como el sabor, olor, textura, etc.-. El etiquetado también proporciona información útil sobre las condiciones de mantenimiento, de conservación y de elaboración de productos alimenticios.
Ayuda a reducir el desperdicio de alimentos, y también de residuos, si preferentemente se eligen productos a granel, evitando, en la medida de lo posible, los envasados.
Para la correcta conservación en el frigorífico, los alimentos crudos que necesitan más frío, como carnes y pescados, deben colocarse en la zona más cercana al congelador, mientras que la más alejada podría ser ocupada por los productos lácteos y huevos. La zona restante puede destinarse a alimentos ya cocinados y productos listos para el consumo. Los cajones del frigorífico son para las frutas, verduras y hortalizas. Las sobras deben mantenerse en envases o recipientes con cierre hermético. El electrodoméstico –nevera y congelador– debe ser limpiado periódicamente para evitar la proliferación de gérmenes.
Asimismo, hay que pensar en el máximo aprovechamiento de los alimentos. Por ejemplo, a la hora de cocinar, es aconsejable preparar las raciones adecuadas para evitar deshacerse de comida que no se aproveche.
Si se acude a un bar o restaurante y sobrara comida, se puede solicitar que la preparen para llevarla a casa. De esta forma, se evita que la comida se desperdicie de manera innecesaria.
El consumo responsable, en el marco de la Semana Europea de la Reducción de Residuos, debe abarcar todos los productos que se compran o se utilizan en el día a día, y una manera de contribuir a ello es aplicando la ‘Regla de las 3R’ (Reducir, Reutilizar y Reciclar).