Cada tarde de Jueves Santo, en el Barrio Marinero de Sanlúcar de Barrameda explota el amor por su Virgen, la Esperanza, con la presencia siempre recordada de una de las mayores sagas de artistas, músicos y compositores de todos los tiempos: la de Isidro Muñoz y sus hijos José Miguel, Isidro y Manolo, los hermanos Muñoz Alcón, y todos los grandes que han venido detrás. Una combinación que, desde hace ya varios años, se materializa en la calle Sargenta con una de las genialidades de José Miguel: su saeta flamenca a la Esperanza.
Algo parecido pudieron vivir ayer los trianeros durante la salida de la procesión extraordinaria de gloria de la Esperanza de Triana con motivo de la finalización de la Misión de la Esperanza, que durante las últimas semanas ha llevado a la tan venerada imagen a recorrer algunos de los barrios con mayor exclusión social de la capital. Rozaba ya la madrugada cuando una veintena de artistas entonaban los acordes de esta saeta flamenca, convertida ya en himno, en el regreso a su barrio de una de las grandes devociones de la Semana Santa andaluza.
Argentina, Arcángel, Manuel Lombo, Gala Évora, Palodulce, Papá Levante, José María de Lepe, Francis Gómez Cruz, Litro Mánez, Agustín Henke, El Marchena, Manuel de León, Carmelo Rodríguez o Guille Muñoz, entre otros tantos —algunos de ellos ocultos entre la multitud—, protagonizaron esta especie de saeta flamenca, este rezo cantado compuesto originalmente para la Esperanza Coronada de Sanlúcar de Barrameda, pero que los sevillanos pudieron entonar para su Esperanza de Triana.
“Cuando por mi barrio pasa la Esperanza, bendice mi calle, bendice mi casa”, reza el estribillo de la composición, otra de esas pegadizas creaciones de José Miguel ‘Évora’, el hermano pequeño de los Muñoz Alcón, que ya forma parte de la identidad colectiva en el rezo a la advocación de la Esperanza en todos los rincones de nuestra tierra.





