En la cálida costa de Sanlúcar de Barrameda, entre los murmullos de los veraneantes y el sonido de las olas, se encuentra un rincón especial que, desde hace más de dos décadas ha sabido combinar cultura y ocio dando lugar a la Biblioplaya. Este proyecto que vio la luz hace 23 años, se ha convertido en tradición en la localidad gaditana. La idea es fruto del compromiso y de la pasión unión de dos figuras: Rafael Pablos Bermúdez y doña Beatriz de Orleans Borbón.
Los pilares de la Biblioplaya
Rafael Pablos Bermúdez es un nombre que resuena profundamente en la historia reciente de la ciudad. Maestro de generaciones sanluqueñas, su labor educativa se ha extendido a día de hoy impartiendo clases en el colegio “El Picacho”. Sin embargo, su legado va más allá de las aulas. En los años 70, impulsado por su amor a los libros, Rafael Pablos tomó la iniciativa de fundar la Biblioteca Municipal de Sanlúcar de Barrameda. Con la ayuda de un grupo de personas comprometidas, se inauguró en 1972-73 y al que se le conoce actualmente como un espacio que ha sido pilar desde entonces en la cultura de la ciudad.
A finales de 1990, junto a doña Beatriz de Orleans Borbón de la que es presidenta de honor de la Asociación de Amigos del Libro y las Bibliotecas Luis de Eguílaz, surgió la idea de ampliar la experiencia de la biblioteca y acercarla a un entorno más lúdico, la playa. Así nació la Biblioplaya, una iniciativa que desde el año 2000 ha ofrecido, no solo a los sanluqueños sino a todo aquel que viene, la oportunidad de disfrutar la lectura en un ambiente de sol y de mar.
Una biblioteca a la orilla del mar
Cada verano se convierte en un punto de referencia para los amantes de los libros que quieran visitar las playas de Sanlúcar. “El objetivo principal de la Biblioplaya es fomentar la lectura”, explica Manuel Parodi, vicepresidente de la Asociación del Libro y uno de los responsables de la gestión de la Biblioplaya junto a su compañera Isabel Humanes. Todos lo que hay detrás es completamente voluntariado cultural. “Hasta ahora hemos tenido la suerte de contar con un grupo de personas comprometidas”.
La Biblioplaya ha acaparado la atención de personas de todas las edades, desde niños hasta los más mayores que buscan un rincón para disfrutar de un buen libro. “Tenemos lectores de todas las edades. Los más pequeños y los abuelos suelen disfrutar de la lectura in situ, mientras que los adultos de mediana edad prefieren llevarse los libros en préstamo para leerlos en sus casa”, añade Parodi.
La instalación es modesta pero efectiva: una caseta, un tejado de chapa para dar sombra y varias sillas que acompañan al conjunto, cedido por el Ayuntamiento aunque ya no es la primera vez que Parodi le sugiere añadir o expandir el complejo de la sombra debido a la demanda de las personas. “Aunque el ayuntamiento nos apoya con la caseta y la sombra, esta última sigue siendo insuficiente. Los usuarios a menudo nos piden más zonas de sombra”. Además, añade que los muebles es cortesía de Estrella Galicia y de su agua Cabreiroá, y está eternamente agradecido por apoyar está iniciativa todos los años, al igual que al quiosco Cervantes, enfrente de la oficina de Correos, que cada día ofrece a la Biblioplaya gratuitamente la cesión de los periódicos del día junto a las revistas. Resaltar que no solo hay libros, sino también periódicos y revistas pero estos se deben de leer allí mismo y no son óptimos para el préstamo.
Uno de los aspectos más llamativos de la Biblioplaya es su sistema de préstamos de libros, es completamente gratuito y basado en la confianza. “La buena fe de la gente es lo que nos permite funcionar”, señala Parodi. “El 99,99% de los libros son devueltos sin ningún problema, y en los casos que no han sido devueltos aquí, se los han dejado al Chiringuito Ramiro y ya luego ellos nos lo devuelve”. Afirma que el Chiringuito es como su ángel de la guarda.
Si quiere ampliar sus conocimientos, la Biblioplaya tiene a su cargo dos revistas: “Las Piletas” y “Gárgoris”. La primera de ellas es una revista literaria que dirige el presidente de la Asociación, el profesor José Santiago Miranda y es, sino la más antigua, una de las más antiguas de la provincia de Cádiz publicada en papel. La segunda revista la lleva el propio Manuel Parodi con temas de historia, arqueología y patrimonio del Bajo Guadalquivir, publicada solamente en versión digital. Se puede acceder a ella de forma completamente gratuita sin la necesidad de registrarse a través de Internet y están disponible las 18 ediciones publicadas desde el 2012.
Detrás del libro
Además de su labor en la Biblioplaya, Manuel Parodi tiene una trayectoria destacada en el ámbito de la historia y el patrimonio cultural. Desde muy joven, Parodi supo que su pasión estaba en el estudio del pasado. “Cuando tenía trece años, en aquella época aún eras un niño, ya sabía que me quería dedicar a la historia”, recuerda. La vocación le ha acompañado desde que terminó sus estudios en la antigua EGB en el colegio de La Salle de Puerto Real, de donde es ciudadano, y posteriormente el bachillerato, conocida anteriormente como COU, en el Instituto público de Manuel de Falla en la misma localidad. Saltó a la Universidad de Sevilla para ampliar sus estudios en Historia y Arqueología. Como dato curioso durante su cuarto año de carrera, antes eran cinco cursos, cursó un Erasmus en Italia y fue el primer alumno Erasmus del segundo ciclo de la Universidad de Sevilla junto con una beca de estudios. Desde entonces, se ha visto involucrado en múltiples proyectos de investigación y divulgación.
Hoy en día, Parodi es miembro de la Academia Andaluza de la Historia y del ICOMOS, un organismo internacional que asesora a la UNESCO en la preservación de sitios históricos. “Tengo la suerte de que hago lo que me gusta”, comparte. Combina su trabajo académico con su compromiso con iniciativas locales como la Biblioplaya.
Hacia un futuro
En un mundo cada vez más digital, donde el papel compite con las pantallas, iniciativas como la Biblioplaya cobran un valor especial. A parte de fomentar la lectura, crean un espacio de encuentro y de reflexión, donde el conocimiento y el ocio se mezclan en un entorno natural.
Con más de dos décadas de historia, la Biblioplaya de Sanlúcar de Barrameda es un buen ejemplo del impacto positivo que pueden generar las iniciativas culturales cuando se llevan a cabo con pasión y dedicación. Es por ello que Manuel Parodi, junto con sus compañeros de la Asociación de Amigos del Libro y las Bibliotecas Luis de Eguílaz, seguirán apoyándola para que se mantenga viva mucho tiempo más.